La concejalía de Medio Ambiente del Ayuntamiento de San Vicente del Raspeig ha programado el viernes una charla explicativa del funcionamiento del Banco de Tierras Municipal, una iniciativa que tiene por objetivo recuperar actividad agraria en el municipio. Se trata de un registro de parcelas abandonadas, en riesgo de abandono o en producción, que sus propietarios estén dispuestos a ceder o alquilar, permitiendo un nuevo aprovechamiento por terceras personas para su cultivo.
La presentación del Banco de Tierras se llevará a cabo a partir de las 18.30 horas del próximo viernes, 26 de noviembre, en el Casal del Festa (calle Capitán Torregrosa, 5). El acceso, con mascarilla obligatoria, es libre hasta que se complete el aforo del local. El Banco de Tierras consiste en un registro de parcelas o campos en el que las personas interesadas en ampliar la cantidad de tierras que trabajan o en iniciar una nueva actividad agraria pueden consultarlo, contactar con los propietarios y alcanzar eventuales acuerdos. Una entidad gestora se encarga de gestionar los contactos y facilitar los acuerdos.
Para solicitar o demandar tierras hay que cumplimentar un formulario a través del enlace https://www.raspeig.es/pagina/banco-de-tierras/. El Ayuntamiento se pondrá en contacto con las personas interesadas y les informará de las condiciones de los contratos. De forma paralela se ha creado un grupo de apoyo a todas las actividades programadas en este Banco de Tierras en el que las personas que se registren, también a través en el enlace antes citado, puedan participar y proponer iniciativas relacionadas con la educación y el medio ambiente, la alimentación saludable y la producción agroecológica.
El concejal responsable de este departamento, Alberto Beviá, de Esquerra Unida, asegura que en San Vicente existe un incremento en la demanda de zonas para cultivar de manera sostenible (como es el caso de los huertos urbanos municipales) y hemos creído oportuno llevar a cabo esta iniciativa con un doble objetivo: mitigar los efectos adversos de los suelos abandonados para el medio ambiente en forma de erosión, degradación del paisaje, incremento del riesgo de incendio, disminución de la biodiversidad, entre otros, y satisfacer esa creciente demanda que además favorece la producción local y el comercio de proximidad”.
Medio Ambiente indica en la memoria justificativa de esta iniciativa que el crecimiento poblacional de San Vicente del Raspeig como núcleo urbano, así como la proliferación del diseminado, la escasez de infraestructuras hidráulicas y la falta de sustitución generacional en el campo, ha traído consigo el abandono de muchas tierras, quedando zonas anteriormente agrícolas como terrenos baldíos o zonas abancaladas abandonadas.
