Este año la celebración de Halloween entre los más pequeños de la localidad ha sido un poco agridulce.
Compuestos y sin fiesta se han encontrado cientos de niños disfrazados para la ocasión, a partir de las seis de la tarde calle mayor, avenida de la libertad y aledaños se veían abarrotadas de pequeños vampiros, brujitas, calabazas y todo tipo de disfraces en conmemoración de esta fiesta anglosajona.
Numerosos padres allí presentes nos trasladaron su malestar al no haber ningún tipo de actividad ni música donde los más pequeños pudieran lucir sus trajes.
En años anteriores se ha instalado un disco móvil con animación para que los más peques pasaran una terrorífica tarde de Halloween pero ese año no ha sido así.