La empresa sanvicentera, Tinajas Santacreu, es la única en España en la fabricación artesanal de tinajas y macetas gigantes. Las de mayor tamaño pesan 800 kilos si están vacias y miden 2 metros, y entre otros usos ha aumentado la demanda para su utilización como bolardos disuasorios de vehículos en la prevención de atentados terroristas.
El interés del alcalde de San Vicente, Jesús Villar, y la edil de Comercio, Asunción París, de conocer al detalle el tejido empresarial y comercial del municipio, les ha llevado a encontrar una empresa local, única en España. Se trata de Tinajas Santacreu, un negocio familiar explotado por padre e hijo, ambos de nombre Ricardo Orts, que se dedica a la fabricación artesanal de tinajas y macetas gigantes.
La de los Orts es una historia de reciclaje profesional. Ricardo Orts padre se dedicó, hasta el año 2008, a la maquinaria pesada de obras públicas. “Pero entonces vino la crisis”, explica, “y se acabó el trabajo. Tuvimos que cerrar”. Fue entonces cuando hubo que reinventarse. “Un día fuimos a Caudete y vimos en una finca abandonada una tinaja antigua” comenta su hijo, “y pensamos que era una buena idea volver a fabricar tinajas de ese tamaño”.
Desde entonces fabrican una al día porque se trata de un proceso totalmente artesanal. Utilizan arcilla blanca que no necesita horno para cocción porque seca al aire. Tras el secado se le aplica una capa de pintura para darle un aspecto rústico o envejecido. “Son muy resistentes y la pintura dura 10 años por lo menos. Nos costó un año aprender a hacerlas y se trata de un trabajo totalmente artesanal.Tardamos 12 horas de trabajo, a razón de 6 horas por persona”.
“Es de admirar la capacidad que este empresario ha tenido de encontrar en una situación difícil, una oportunidad de reinventarse y volver a empezar de una forma tan brillante”, explica el alcalde, Jesús Villar, durante su visita a la empresa. Para la edil de Comercio, Asunción París, “para San Vicente es muy importante contar con empresas de carácter internacional porque, no sólo ponen en valor nuestro municipio en el exterior, sino que además contribuyen a beneficiar el tejido empresarial local”.
Las tinajas más grandes rondan los 800 kilos de peso vacías, llegando a los 2.000 kilos si se llenan, y miden 2 metros, mientras que las de menor tamaña tienen una altura de 90 centrímetros y pesan 180 kilos.
El 90 por ciento de las tinajas y macetas que fabrican las exportan a distintos países como Italia, Holanda, Suiza o Francia, entre otros. “Nos gustaría que algunas se quedaran en la provincia”, reconoce. Las utilidades son muy variadas. Fundamentalmente se utilizan como decoración, mobiliario urbano, jardinería o depósito de agua. En los últimos meses ha aumentado la demanda para utlizarlos como bolardos urbanos en la prevención antiterrorista. “Ningún vehículo que choque contra una de nuestras macetas o tinajas, podría avanzar porque quedaría en muy mal estado”, asegura Orts.
