Hace unos días salió la espeluznante noticia de que en la Cala de la Villajoyosa, es decir aquí a nuestro lado, el martes 13, fue encontrado el cadáver de un joven, en lo que parecía ser un crimen premeditado por un ajuste de cuentas. La información decía que se trataba de un extranjero de 33 años, al cual le dispararon 6 veces y además el vehículo de los supuestos asesinos pasó por encima del cadáver. Luego la Guardia Civil encontraría quemado el coche en El Campello cerca de Cala Lanuza.
Casi inmediatamente que saltó la noticia, los órganos de seguridad de Ucrania, confirmaron que se trataba del ruso Maxim Kuzmínov que en agosto de 2023, siendo piloto de helicópteros del ejército ruso, se llevó hasta Ucrania la máquina desertando del ejército y entregando la nave a Ucrania y estaba en nuestro país con una identidad ucraniana, falsa.
He visto en varios medios de comunicación una serie de comentarios absolutamente absurdos para justificar hechos que se dan por sentados para suplir la ignorancia. En la Sexta, un “experto” decía que para Rusia era una gran pérdida porque los ucranianos sacarían muchos datos de la máquina. Resulta que el helicóptero era un MI 8, de la época soviética, una nave multiuso (transporte de personal y tropas, apaga incendios y también algunas misiones de combate) que está presente en más de 40 países, desde los EE.UU. hasta Polonia y en todos los países ex socialistas, por tanto, la información de inteligencia, nueva, sobre la máquina es prácticamente nula.
La mayoría de los medios han resaltado como un heroísmo la fuga de este militar al bando contrario, pero pocos dicen que en el momento de la fuga, había con él dos personas más, el copiloto y navegante y un mecánico que conforman la tripulación. Algo sucedió en el momento de la fuga, que el desertor fue herido de bala en una pierna y los otros dos se reportaron como muertos, todo hace pensar que los dos asesinados se negaron a participar en la deserción y murieron en un intercambio de fuego dentro del helicóptero o al aterrizar en Ucrania, cerca de Járkov, por los militares ucranianos que estaban esperando la llegada del desertor. Por cierto, el desertor recibió 500.000 euros de premio.
Los medios han ido dando algunas pista “filtradas” por “fuentes cercanas” a la investigación, como que “la munición empleada es rusa”. Para los que no saben, las dos principales pistolas rusas más generalizadas son la viejas TT (Tulski Tokarev) de 7,62 mm. De calibre que usa munición de 7,62 x 25 mm y la otra es la Makárov de 9 x 18 mm. Al decirnos “munición rusa”, es para dar la sensación de que es el gobierno ruso es el responsable, pocos saben que dicha arma y su munición, se usa ampliamente en todos los países ex socialistas y en algunos de ellos, como Bulgaria (por ejemplo) es el arma de trabajo de la policía, e incluso se fabrica en ese país.
El caso trae migas, a mí, personalmente no me cuadra con que un grupo altamente especializado enviado por el Kremlim, que también pudiera ser, pero el robo del coche en Murcia, días antes, la quema en un lugar ideal para seguir la huida sin dejar demasiadas pistas y el conocimiento exacto del lugar de la ejecución, demuestran un conocimiento muy grande del lugar y como sortear obstáculos como para que sea un comando extranjero venido especialmente y con armas rusas a España, se robara un coche cerca del lugar, pero no tanto, vigilara a la víctima en un sector muy especial donde hay muchos extranjeros del este de Europa, rusos, ucranianos, búlgaros. Cualquier “súper espía” se notaría demasiado, sobre todo por los acentos y maneras de comportarse.
Lo que está claro es el motivo. El quién, ya es más difícil de determinar.
En las fuerzas armadas (de cualquier país) y en especial en las tripulaciones de combate, se crean fuertes vínculos de solidaridad y a veces de gran amistad, en definitiva, los lazos de confianza entre ellos es inmenso, muchas veces, esa confianza les salva la vida. Es muy duro para sus camaradas de armas, para los familiares y conocidos, que uno de ellos les traicione y provoquen la muerte de alguno de otros camaradas. Yo no me creo que el pasarse al otro bando, e incluso robarse un valioso equipo sea el detonante para una ejecución, pero sí, la traición a sus camaradas y la muerte de los otros dos tripulantes. Esto es importante, porque ahí está la respuesta a “quien” es el ejecutor.
Cuando el hecho se conoció, la esposa del copiloto – navegante, pidió públicamente, que alguien matara a Kuzmínov. Dicho esto, no faltan gentes con ganas de cumplir con la ejecución, rusos ex militares, ucranianos de etnia rusa, ucranianos del servicio de seguridad de ese país, para borrar un cabo suelto u otros de países del este pro rusos, hasta delincuentes comunes asentados en la región que por dinero estarían dispuestos a cualquier cosa y también personas de los órganos de seguridad rusos (no digo KGB, porque es un cliché de ignorantes ya que este organismo desapareció hace más de 30 años).
Quizás, como siempre, la verdad está en medio, y sea un grupo de rusos, ucranianos y delincuentes comunes los que han cometido el sicariato. Como dicen los búlgaros, lo que no se compra con dinero, se compra con mucho dinero.
