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Artículo de opinión de María Jesús Moreno, secretaria de Igualdad y Movimientos Sociales PSOE San Vicente del Raspeig

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Desde el año 2003 la violencia de género se ha cobrado la vida de 950 mujeres sólo en nuestro país. Este verano del año 2018 está siendo especialmente cruel con nosotras. La violencia de género es la máxima expresión de la desigualdad y la relación de poder entre hombres y mujeres, la más dramática, la que acarrea las consecuencias más graves e irreparables, la que paga su precio con la vida de las mujeres. Y debería haber sido siempre, una prioridad política de acciones contundentes e inmediatas.

Erradicar la Violencia de Género en toda la extensión del término, tal y como es considerada en el Convenio de Estambul, es un tema prioritario de la acción del Gobierno de Pedro Sánchez. La acción del nuevo gobierno socialista, con la presencia mayoritaria de mujeres y con carteras ministeriales de indudable repercusión e importancia para la vida del país,  está sirviendo, sin duda alguna, para poner nuestra impronta en cada propuesta y decisión.

La Igualdad es un principio y valor fundamental de la acción política de un partido de izquierdas. Es principio y valor de los y las socialistas que militamos en un partido, el PSOE, siempre pionero y ejemplo de avances sociales en España y en Europa.

Sin embargo en los últimos años del gobierno de derechas, no me equivoco al decir que, la mayoría de la ciudadanía hemos sentido que la desigualdad se instalaba a nuestro alrededor. La desigualdad entre hombres y mujeres, por temas salariales, de igualdad de oportunidades, de violencia machista y de una vuelta a la separación de roles hombre/mujer. La desigualdad entre los que tienen más y los que tienen menos. Y la desigualdad en la esperanza.

La recuperación del Ministerio de Igualdad y su vinculación a la Vicepresidencia del Gobierno es una señal inequívoca de que se retoma la Agenda por la Igualdad.

Con la reciente aprobación del Real Decreto-Ley del 3 de Agosto, se modifican y amplían preceptos de la Ley 1/2004 y otros textos normativos, con la finalidad de poder actuar con más diligencia en la lucha contra la violencia de género. En este sentido, me parece muy importante y necesaria la ampliación de los mecanismos de acreditación de las situaciones de violencia de género, ya que, en la mayoría de los casos las mujeres asesinadas no habían denunciado a su agresor. También con este decreto se refuerza la asistencia jurídica de las víctimas, así como la compatibilidad de las ayudas ya existentes en el propio Pacto con otras de carácter autonómico o local.

Además del  tratamiento que distintas leyes den a la violencia machista, hay otros aspectos que tenemos que abordar y que, sin duda, son básicos para romper las estructuras de poder patriarcales.

Consolidar la democracia paritaria en todos los ámbitos es uno de ellos. Para eso será esencial desarrollar  un sistema coeducativo que garantice la igualdad entre los sexos.

Además, tendremos que trabajar por una economía de la igualdad que dé valor económico al trabajo no remunerado que realizan las mujeres y, por supuesto, aprobar una Ley de Igualdad Salarial que elimine la brecha entre hombres y mujeres. Hay que acabar con la precariedad del empleo de las mujeres y con la feminización del paro. Estos son sólo algunos aspectos por los que empezar a trabajar en la construcción de una sociedad mucho más igualitaria.

Considero importante el anuncio de la Ministra de Sanidad, Consumo y Bienestar Social, la socialista Carmen Montón, de recuperar el Observatorio de Salud de las Mujeres, para la formación en temas relativos a la salud sexual, afectiva y reproductiva, violencia de género  y enfermedades específicas de mayor prevalencia en las mujeres. Su objetivo fundamental es eliminar cualquier forma de discriminación por razones de género en materia de salud.

Asunto esencial para defender la dignidad de las mujeres será también abordar el tema de la prostitución y trata de seres humanos con fines de explotación sexual. La ministra socialista, Carmen Calvo, ya ha indicado que urge esta ley porque “las cifras de nuestro país son particularmente escandalosas”. Según los expertos, España es uno de los principales destinos europeos de las extranjeras captadas con engaños y coacciones por la redes para ejercer la prostitución.

Con todo esto y mucho más, debemos emprender un camino no exento de dificultades, que hemos de recorrer todos juntos, hombres y mujeres, pero también un camino esperanzador por el pistoletazo de salida valiente y decidido dado por el Gobierno de Pedro Sánchez. Un camino el que hemos empezado, que ha de terminar de la misma forma que el título de este artículo: con IGUALDAD.