La antigua cementera, una de las industrias que en la primera mitad del siglo XX impulsó la industrialización y el crecimiento de San Vicente es posible que desaparezca del entorno urbano. Sin actividad desde el 2009, las instalaciones abandonadas están provocando la degradación de su entorno urbano inmediato, tal y como se estable en el informe que contiene la solicitud de ayudas europeas EDUSI efectuada por el ayuntamiento hace unos meses y que volverá a presentar en la tercera convocatoria de estas ayudas para el Desarrollo Urbano Sostenible que concede Europa y que en esta ocasión tienen una dotación de 30 millones de euros para los municipios de la Comunidad Valenciana que la soliciten.
La concejalía de Urbanismo ha requerido a CEMEX la subsanación de una serie de deficiencias observadas en el proyecto de desmantelamiento, ya que no se concreta cómo van a gestionar los residuos generados por la demolición, especialmente los referidos a la eliminación del amianto. Además, el presupuesto aportado en el proyecto es muy inferior al valor real de las obras, por lo que se requiere que se tome en cuenta como referencia los precios mínimos de obra fijados por el Instituto de la Edificación para el año en curso.
Otra de las objeciones señaladas en el informe técnico municipal es la relacionada con los elementos de la fábrica que están incluidos en el Catálogo de Bienes y Espacios Protegidos de San Vicente del Raspeig, dotados de un nivel de protección parcial debido a su interés arquitectónico. Entre los elementos catalogados figuran las oficinas centrales, los hornos giratorios, los silos, la chimenea, el pabellón de trabajadores y el laboratorio. Estos elementos no podrán ser demolidos, tal y como pretende CEMEX, por lo que deberán de tener en cuenta estas limitaciones en el proyecto.
La concejala de Urbanismo, Mariló Jordá, ha informado que ha mantenido conversaciones con la dirección de la multinacional y que ésta le ha asegurado “que la solicitud de la licencia está provocada por razones de seguridad, ya que en los últimos meses se han producido incidentes como un pequeño incendio en las oficinas y el más grave, la caída de un niño de 14 años desde un tejado que se desplomó”.
Parece ser que en la red circulan vídeos de jóvenes que entran en el recinto de la fábrica para practicar “parkour”, juego arriesgado que se está poniendo de moda y que consiste en saltar salvando tejados y otros obstáculos.