Situados junto al casco urbano tradicional, los barrios Laborinquen y Soca son núcleos formados de una manera espontánea y con un grado de urbanización bastante limitado. Un proyecto aprobado por el Gobierno local va a permitir mejorar ambos barrios. En concreto, las obras consistirán en ensanchar las aceras, adaptar todos los cruces a la vigente normativa de eliminación de barreras arquitectónicas, dotar algunas de sus calles de arbolado, urbanizar un solar público para transformarlo en aparcamiento de vehículos y mejorar las líneas del alumbrado.
De acuerdo al proyecto elaborado por el Ingeniero de Caminos, Canales y Puertos municipal, en todas calles de ambos barrios, salvo un pequeño tramo de la calle Laborinquen, las aceras tienen una anchura de 1,30 metros. Además, no todos los cruces están exentos de barreras arquitectónicas, y ninguno de ellos se ajusta a la vigente normativa de la Generalitat Valenciana dispuesta para estos casos. El presupuesto de las obras es de 237.000 euros y el plazo de ejecución, tres meses.
La concejala de Urbanismo, Infraestructuras, Mantenimiento y Servicios Urbanos, Mariló Jordá, explica que la intención de este departamento municipal es continuar con el acondicionamiento de los núcleos urbanos del extrarradio, generados de una manera espontánea, y para ello, se ha ordenado la elaboración de este proyecto, que “es necesario para mejorar el grado de accesibilidad peatonal de sus vecinos, equiparándolo con el de otros núcleos similares del extrarradio de San Vicente que fueron acondicionados en años anteriores”. La accesibilidad sin barreras en los cruces es fundamental, y su adaptación a la vigente normativa es cuanto menos recomendable. Por otra parte la dotación de plazas de aparcamiento concentradas en el solar público, fuera de la circulación en las calles, garantiza un desahogo en el resto de las calles del barrio, permitiendo ensanchar las aceras en alguna de las calles, en sacrificio de algunas plazas de aparcamiento.
Con esta actuación, se garantiza el acceso entre los dos barrios, actualmente inexistente, mejorando la seguridad de sus vecinos. También se han revisado los sentidos de circulación rodada y se ha mejorado el diseño de la señalización horizontal, garantizando una circulación más fluida y más segura. Además, con la intervención en las líneas de alumbrado, se mejora el nivel de las instalaciones y el grado de iluminación de alguna de las calles y, sobre todo, se sustituyen algunos puntos de luz cuyas luminarias se soportan sobre postes de madera, o posteletes empotrados en la fachada, por columnas normalizadas de acero galvanizado. Con la finalidad de mejorar el aspecto y calidad urbanística del entorno, se pretende dotar de arbolado en todas aquellas aceras cuya anchura lo permita, es decir, a partir de los tres metros.
Origen de Laborinquen
Es un barrio obrero que nació en la década de 1960 creado por migraciones procedentes de las provincias de Granada, Cuenca y Albacete, sobre todo de esta última, con predominio de familias de La Gineta, Minaya, La Roda, El Bonillo o Casas de Haro. Estas familias comenzaron a construir viviendas bajas adosadas en una zona de la huerta sanvicentera, sita en la partida El Raspeig. Las casas se fueron construyendo sin licencia, en suelo rústico. Estas viviendas fueron consolidando una serie de calles, formando un barrio, que finalmente obligó al Ayuntamiento a legalizarlo urbanísticamente.
El topónimo Laborinquen se debe a que en la zona existía un chalet o villa denominada Borinquen junto a una gran balsa de agua que se utilizaba para regar toda la zona, que era conocida como la balsa de La Borinquen. Con el tiempo, las palabras La y Borinquen se unieron, creándose el topónimo Laborinquen que se oficializó definitivamente en los documentos administrativos municipales.