La concejalía de Parques y Jardines va a incrementar este año el control biológico para actuar contra las plagas en el arbolado municipal, sobre todo las de pulgón, que surgen en esta época en las jacarandas y los cercis. El pulgón produce una melaza que acaba recubriendo la planta, goteando y provocando suciedad en el entorno del árbol.
Según el área de Parques y Jardines, el uso del control biológico de plagas frente a los productos químicos beneficia a la salud humana y a los animales de compañía, ya que se reducen o eliminan los productos tóxicos y, con ello, las consecuencias negativas derivadas de su utilización. También benefician al medio ambiente, evitando la contaminación con sustancias químicas peligrosas para las aguas, plantas y animales. Y, por último, suponen un ahorro de costes ya que, a la larga, conseguir un equilibrio entre las poblaciones de los insectos perjudiciales y de los insectos de control reduce los tratamientos y, con ello, el gasto anual en mantenimiento del control de las plagas.
El concejal de Parques y Jardines, Alberto Beviá, de Esquerra Unida, ha indicado que este año se va a incrementar el uso de depredadores naturales que no perjudican la salud humana ni al medio ambiente, son más específicos de la plaga a tratar y no afectan a otras especies beneficiosas como las abejas. “La concejalía entiende que las molestias originen quejas ciudadanas al Ayuntamiento, de ahí que “se hace necesario explicar que, a pesar de los inconvenientes que pueden causar estos árboles durante un par de meses (mayo y junio), su presencia en las calles reporta muchos más beneficios que problemas”.
Aunque no todas las plagas y enfermedades son controlables actualmente con métodos biológicos, sí que se puede actuar sobre algunas de ellas, que tienen gran impacto sobre árboles de alineación y de zonas verdes. En San Vicente hay unos 17.000 árboles de titularidad municipal. Se ha considerado actuar sobre plagas que podrían atacar a cerca de 7.000 árboles: casi 4.500 por pulgones, 1.400 por cochinillas y pulvinarias y alrededor de 1.000 por psilas.
Sin embargo, no se va a actuar sobre la totalidad de los árboles susceptibles a estas plagas sino sobre una selección de ellos, basándose en dos motivos: por una parte, dada la movilidad de los insectos que se utilizan para el control de las plagas, es previsible que se vayan desplazando e instalándose en otras zonas no tratadas directamente. También hay que tener en cuenta que para poder valorar la eficacia de estos tratamientos es necesario tener “zonas testigo”, en las que no se haya realizado suelta de organismos de control biológico, y otras zonas en las que se hayan aplicado los productos convencionales que se han venido utilizando los últimos años. De esta forma se puede hacer una comparación de los distintos métodos utilizados.
El informe completo del plan municipal de actuación puede consultarse en este enlace: https://www.raspeig.es/uploads/ficheros/portales/documentos/202204/documentos-estrategia-de-control-biologico-de-plagas-en-parques-y-jardines_1-es.pdf