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Mucha intensidad y simbiosis festera en el día del Patrón

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Día grande para San Vicente. Enorme. Por la mañana, colorido y atronador, con una Ofrenda de Flores brillante y muy participativa; y una mascletà para la historia (el maestro Caballer ha elegido San Vicente para despedir su profusa y sonada trayectoria pirotécnica); y por la tarde, un día para la tradición, la convivencia y para la tolerancia, con una conmovedora y solemne procesión, sentida desde la religiosidad por algunos, desde la curiosidad antropológica por otros, desde la indiferencia por muchos y desde el respeto por todos: al fin y al cabo, una jornada de las que forjan identidad, de las que hacen pueblo. San Vicente, (ya lo dice su patrón y esta tarde desde la calle), sabe resolver sus problemas. Y divertirse. ¡Que sigan las fiestas!

 

 

Si había alguna duda del porqué las Fiestas de San Vicente han sido declaradas de Interés Turístico Autónomico, la potencia festera desplegada en lo que llevamos de celebraciones la ha disipado. Este lunes de San Vicente ha sido el paradigma perfecto de que la unión hace la fuerza: el colectivo de Moros y Cristianos y las Fiestas Patronales se han abrazado en este día grande como nunca.

La Ofrenda de Flores al Patrón la abrió la Comisión Municipal de Fiestas desde Ancha de Castellar, con sus reinas,  Marta Toledo Blasco y Amaya Serrano Uroz, a la cabeza. Hasta una quincena de reinas de años anteriores participaron en este desfile, junto a miembros de la Corporación Municipal, con el alcalde, Jesús Villar, y la concejal de Fiestas, Asun París, a la cabeza; las entidades festeras, las Reinas de los Mayores, las Hogueras y las veinte comparsas de Moros y Cristianos, que volvieron a desfilar para entregar sus ofrendas al Pare Vicent.

Una vez en la Plaza de España y conformado el tapiz floral en torno a la imagen de San Vicente Ferrer, la comitiva festera al completo y muchos fieles asistieron a una misa en la que participó el Obispo de la diócesis Orihuela-Alicante; otros quedaron en las inmediaciones de la plaza bailando con las charangas.

 

 

Tras la misa, nuevo desfile, esta vez a la Plaza del Apeadero, para presenciar una mascletà para la historia, ya que el maestro Vicente Caballer había elegido San Vicente para despedir su profusa y sonada trayectoria pirotécnica. La concejala Asun París no pudo evitar derramar unaságrimas en esta mascletà tan especial.

Sin lugar a dudas, el acto más solemne y costumbrista de las fiestas llegó por la tarde. Miles de sanvicenteros, muchos llegados de fuera y visitantes, participaron en el acto religioso que data del siglo XVIII. Los fieles con velas alumbraban al Pare Vicent, acompañado por el Niño Sant Vicent, Carlos Cruz, y por primera una niña, Laura García, que llevaba la reliquia: un retal del manto que vistió San Vicente.

La procesión ha demostrado ser un espacio reservado a la expresión de valores y sentimientos que son las fiestas de un pueblo, con sus tradiciones, con la memoria y la historia, que genera recuerdos comunes y esperanzas colectivas. Desde el inicio del acto esa conexión ha sido total y la fiesta se ha convertido en el corazón de la comunidad sanvicentera.

Tanto el alcalde como la concejal de Fiestas se muestran muy satisfechos de cómo se están desarrollando este año las fiestas. Las celebraciones festeras que en su conjunto sustancian las Fiestas Patronales y que, junto a los Moros y Cristianos, han conformado un gran producto turístico cuyo reconocimiento por la Generalitat Valenciana, según las autoridades locales y máximos representantes de las Fiestas, “nos espolea a seguir haciéndolas más grandes, más diversas y más participativas”.  


Jesús Villar ya lo dijo al inicio de las fiestas: “Casi sesenta años después, las Fiestas Patronales y de Moros y Cristianos han sido declaradas de Interés Turístico Autonómico. Lo resaltaremos en cada acto y en cada lugar al que vayamos puesto que nos sentimos orgullosos de que haya sido reconocida la labor de tantas y tantas personas que año tras año han trabajado incansablemente por que llegue este reconocimiento. Felicidades, también,  una vez más, a todos los festeros y  festeras por que, sin ser conscientes, se ha conseguido gracias a vuestra dedicación, unión y amor por la fiesta”.